Voces Expertas

Voces Expertas

Principales desafíos del milenio, en el campo del ocio y la recreación, según tres referentes iberoamericanos.

 En este boletín estrenamos una nueva sección. Voces expertas pretende recabar la opinión de investigadores de reconocido prestigio internacional, sobre cuestiones de interés científico y social en el ámbito del ocio y la recreación.

Foto Guilhermina

Guillermina Mesa Cobo (Universidad del Valle, Colombia)

A continuación, presento las reflexiones solicitadas a partir de las preguntas formuladas por el Boletín OTIUM. ¿Cuáles son, en su opinión, los tres principales desafíos que han de afrontarse en materia de ocio y recreación durante el presente milenio?

Primer desafío: Desarrollar enfoques teóricos y metodológicos de intervención mediante la recreación guiada como mediación para conectar lo global con lo local

Pensar, de modo general, los principales desafíos del ocio y la recreación para el presente milenio, es de hecho, un desafío que supone comprender el sentido de “conectar lo global con lo local” como propone Castells (2009)1. Se trata de un desafío que consiste en combinar las nuevas tecnologías que dan acceso a la globalización de la información, al conocimiento y, a las variadísimas y diversas formas de recrearse individual o colectivamente –ciberculturas- con procesos de intervención comunitaria, situados en el ámbito local urbano, mediados por la recreación guiada o pedagógica en los que se produzcan encuentros intergeneracionales, de género y etnias para la construcción de una convivencia pacífica sostenible, el desarrollo de nuevos imaginarios y formas de reinventar creativa y colaborativamente la vida cotidiana. Me refiero a la creación o al fortalecimiento de centros y espacios públicos de encuentro en los que las personas entren en interacción como actores para la realización de proyectos conjuntos con objetivos compartidos, intercambiando dialógicamente saberes y experiencias en forma colaborativa.

La recreación como pedagogía no se plantea como una herramienta de alcances masivos ni en grandes espacios urbanos de complicados requerimientos arquitectónicos (que si los hay bienvenidos), por el contrario, está llamada a realizarse en pequeña escala, aunque se nutra de las producciones globales, del pasado y del presente, de las tradiciones y las nuevas tecnologías. Parte de las realidades percibidas por los participantes, de sus imaginarios, saberes, subjetividades y producciones que se transforman en nuevas y renovadas formas subjetivas mediante la interacción y las construcciones intersubjetivas que se producen durante los procesos de actividad recreativa. El segundo desafío, es de algún modo, una precisión del primero.

Segundo desafío: Promover en lo local la recreación guiada o pedagógica como mediación para la educación socio-emocional con centro en la formación ética y estética de las personas

Es importante subrayar que los imaginarios y lo lúdico –juego en su significación más amplia- en sus diversidades y complejidades (históricas, antropológicas, sociológicas, psicológicas, etc.) y, en tanto lenguajes simbólicos, se tejen en la misma urdimbre y con los mismos hilos con los que se tejen en las culturas la estética (entendida como sensibilidades) y la ética. No es este el espacio para desarrollar ampliamente esta idea, sin embargo, cabe decir que, sí hay un desafío para la recreación y el ocio a considerase con especial atención en el presente milenio, es el potencial movilizador, desencadenante y modelador que tiene lo lúdico y lo imaginario, pues actúa directamente en el plano de las emociones. Por ello, no es suficiente postular la recreación como zona de encuentro sin más, en la que se oferta el consumo hedonista de actividades desarticuladas para proporcionar una aparente situación de bienestar, como si se tratara de una panacea para los distintos problemas y conflictos sociales o individuales.

Los procesos educativos mediados por la recreación guiada, en el nivel local y en conexión con los procesos que ocurren globalmente requieren de una de-construcción cognitiva que empieza por la re-significación de las vivencias lúdicas y creativas, pasando por la reflexión para construir nuevos sentidos de lo ético y estético hasta lograr la reinvención de nuevas formas de Ser y estar en el mundo con los otros (solidaridad, empatía, colaboración, etc.). Si todo juego contiene reglas y normas sociales derivadas de los imaginarios como afirma Vygostky (1995)2 podemos decir, con el riesgo de generar polémica que, todos los juegos e imaginarios reproducen o producen matrices éticas y estéticas (sensibilidades). En consecuencia, el reto de la recreación guiada, desde el punto de vista pedagógico, es contribuir en la trasformación de imaginarios y subjetividades, crear a partir de las realidades virtuales y presenciales, en cada contexto sociocultural donde se sitúe, condiciones para la construcción de otras oportunidades educativas –capacidades- para el ejercicio de las libertades (Sen, 1999) y de la autonomía con base en la vivencia lúdica y creativa reflexionada.

Tercer desafío: Posicionar la recreación y el ocio en los ámbitos: social, académico y científico .

Es primordial para el reconocimiento social, académico y científico del campo de la recreación y el ocio, la ampliación de la oferta de programas de pregrado y posgrado, de alta calidad, de carácter interdisciplinario y transdisciplinario para la formación específica de profesionales y de investigadores. Se requiere un crecimiento exponencial de la investigación, una producción intelectual que apunte a la re-significación y actualización del campo teniendo en cuenta las transformaciones tecnológicas, culturales y sociales; en las que se considere el doble efecto del desarrollo de las tecnologías de la información sobre las personas y las instituciones sociales: por un lado, la construcción de imaginarios globalizados sobre los otros y de lo otro diferente y, por otro lado, la fragmentación de las culturas y las identidades comunitarias locales.

Las sinonimias de los términos recreación y ocio con tiempo libre y las actividades centradas exclusivamente en la actividad física, el deporte, la recepción y consumo de los variados productos de las industrias del entretenimiento, han dado lugar a la permanencia sumergida y marginal de tradiciones locales de recreación en las que se re-construyen y construyen representaciones simbólicas de gran valor creativo, comunicativo y educativo, en distintas épocas y lugares del mundo, particularmente en Colombia. Espacios de civilidad en los que emergen formas de resistencia creativas, transformadoras e innovadoras (Foucault, M. 1984 citado por Lazzarato 2000) 3 especialmente con poblaciones privadas de oportunidades, sometidas a distintas formas de violencia y con escaso desarrollo de sus capacidades para vivir las libertades ciudadanas (Sen, 1999) En consecuencia, la marginalidad de la recreación y el ocio como campo de producción intelectual, se manifiesta en las políticas públicas y en la aplicación de estas en los programas de los gobiernos regionales y locales, específicamente en los países y poblaciones del tercer y cuarto mundo, en los que se ignora sistemáticamente otros enfoques de recreación distintos a los conocidos y legitimados.

1 Entrevistas I,II y III concedidas por Manuel Castells a Christian Hdez por Youtube sobre el modelo de innovación urbana, tecnológico, cívico y cultural denominado CITILAB-Cornellá. Obtenido 12-03-2017 de: https://www.youtube.com/watch?v=dJzvJUPxnns

2 Vygotsky, Lev (2000) El desarrollo de los procesos psicológicos superiores. El Papel del Juego en el Desarrollo del Niño. Capítulo VII. Barcelona: Crítica

3 “Es sólo en términos de negación que hemos conceptualizado la resistencia. No obstante, tal y como usted la comprende, la resistencia no es únicamente una negación: es proceso de creación. Crear y recrear, transformar la situación, participar activamente en el proceso, eso es resistir” (p.223).

Foto Pablo Waichman

Pablo Waichman (Instituto de Tiempo Libre y Recreación, Argentina)

Debo aclarar en principio que, en mi país, la República Argentina, el ocio se entiende  sólo en su connotación negativa refiriéndose a la supuesta “pérdida” de tiempo por no dedicarlo a actividades “productivas”. Ya el análisis de este párrafo merecería un comentario que excede en mucho el total de la propuesta que se me ha hecho.

La primera pregunta me interpela acerca de mi posición sobre un milenio que acaba de comenzar. Sin ánimo de crítica digo: me considero un cientista social pero no un mago, astrólogo, oráculo, etc. La historia, como proceso de lo social otorga información de lo pasado y formula hipótesis del porvenir. Y esa información posee diferentes lecturas según los espacios y las ideologías que se detenten, lo que dará como conclusión obvia, distintas posiciones. La “modernidad líquida” de Bauman acepta infinitas lecturas mientras se acomoda a su cambiante espacio.

 También, debo hacer mención a la limitante situación de “tres principales desafíos” en vez de ocho, cien o infinitos retos que hoy se disputan los espacios académicos dedicados al ocio como a la recreación. Pero, responder es la cuestión que debo cumplimentar y así lo haré.

 La primera cuestión, entiendo, es tratar de ponernos de acuerdo (o ratificar el desacuerdo) de aquellos que intentamos leer la cotidianeidad, de qué estamos hablando cuando nos referimos al ocio y la recreación. En el campo de las disciplinas sociales las definiciones son arbitrarias, la certeza es relativa a las variables influyentes, las consideraciones (sociales, políticas, temporales…) tomadas en cuenta y a las lecturas subjetivas de quiénes formulan tales definiciones.

 Y entonces debo aclarar posiciones. Mi definición de Recreación es “Educación en y del (o para) el Tiempo Libre”. O, más claramente –aunque, creo, todavía no lo suficiente-:  “Es el tipo de influencia intencional y con algún grado de sistematización que, partiendo de actividades voluntarias, grupales y coordinadas exteriormente, establecidas en estructuras específicas, a través de metodologías lúdicas y placenteras, pretende colaborar en las transformación del tiempo disponible de los participantes en praxis de la libertad en el tiempo, generando protagonismo y autonomía.” (Waichman, 2008)

Esto es, se diferencia notoriamente de la idea o noción –ya que no concepto- de entretenimiento o pasatiempo, acción pasatista y compensadora de cansancios, monotonías o aburrimientos anteriores. Tarea cuyo único sentido es reestablecer las condiciones objetivas para continuar llevando adelante las actividades con obligatoriedad exterior (p.e. el recreo escolar tradicional) que son aquellas consideradas “útiles). Reflexionemos, p.e., que la educación formal se encarga (o intenta hacerlo) de preparar a los sujetos para el tiempo ocupado (o, si prefieren, de “no ocio”), de producción material, de trabajo objetivo, de acciones “útiles”. Y quién/es se encarga/n del resto del tiempo? La concepción liberal de la mayoría de los países de Occidente no considera de importancia la pregunta. Más aún digo, para aumentar la contradicción, la Recreación debe dedicarse a lo “inútil”. Si fuese útil estaríamos preparando para el trabajo: jugar al tenis no es lo mismo que entrenar el tenis.

Lo anterior, referido a Recreación. En lo que hace a aproximaciones al ocio –abundante material existe desde los griegos-, prefiero operar con el concepto de “tiempo libre” o tiempo de libertad para la libertad” (Munné, 1989).

 Así como Europa prefiere el concepto de ocio, Latinoamérica utiliza –mayoritariamente-, el de tiempo libre. Pero, atención no debe ser sólo el tiempo liberado de obligaciones y las actividades que realizamos en esa temporalidad (lazer, leisure, loisirs) sino, también, el tiempo que “me obligo”; no sólo lo que queda sino lo que elijo; no simplemente lo que el azar presenta sino lo que programé previamente. El planteo hace a la revisión de la “libertad de” y la “libertad para” como planteaba Erich Fromm (Fromm, 1988). No confundir la posibilidad con el ejercicio de la posibilidad; la libertad como teoría o como praxis; la opción con la elección; el libre albedrío bíblico con la libertad efectiva.

 El ocio da cuenta, sobre todo del “no trabajo” pero no explica aquellos trabajos electivos, libres, comprometidos, donde el sujeto juega su existencia y no requiere del no trabajo para recuperarse. La idea del tiempo libre, en cambio, abarca todos los tiempos sólo que su variable central es la libertad “en” el tiempo y no “del” tiempo.

 El segundo desafío, y no por ello menos importante-, hace a la concepción del hombre que subyace –o emerge con infinita crueldad- en el tipo de participación en las acciones de ocio/recreación/tiempo libre que la sociedad occidental propone a los sujetos. Las TIC, los medios de comunicación masivos, los juguetes tienden a producir espectadores más que protagonistas. Se da como un hecho consumado y lícito que el ocio es un inmerso mercado donde todo vale menos la acción decisiva de los sujetos; ellos están para consumir –y ser consumidos- por esa enormidad de propuestas que, cuanto más amplia, mayor el supuesto grado de libertad que ostentan los hombres. Parece que el humano como “ser siendo” sartreano, una construcción históricosocial, se ha convertido en un ser que mira y valora positivamente lo que le indican que mire y valore positivamente. Y este modelo incluye al espectador en soledad, independientemente de cuántos estén viendo (Sartori, 1999). P.e. cada vez los niños poseen más juguetes pero menos juegan; parece que el tema se resuelve en la acumulación de bienes lúdicos más que en su disfrute. Y cuanto más agresivos esos juguetes más deseados son: queda claro que es un entrenamiento para su adultez donde la violencia llena los noticieros, revistas y acciones cotidianas en el trabajo, la escuela, la familia y fuera de todos esos espacios. En todos los casos, los sujetos son más espectadores que actores.

 Un tercer desafío puede ser la consideración de la penetración cultural y económica que, de alguna manera, está incluida en el ítem anterior. El proceso de globalización conlleva sólo globalización de mercaderías –no de seres humanos cada vez más excluidos, desplazados, perseguidos-. Y el ocio y la recreación se han convertido en gigantescos negocios a partir de la dominación del capital, negocios (recordemos que el “negocio” es la negación del “ocio”) donde sólo se mide la rentabilidad pero no la calidad de los productos y menos aún su contenido ideológico y axiológico. Desde la muñeca Barbie al coloso Netflix; desde la ropa para el “tiempo libre” de marcas internacionales hasta las películas (y demás objetos) de Disney; desde los teléfonos inteligentes 4G hasta las nuevas festividades que invaden los países dependientes (p.e. Halloween), todo está listo para ser consumido, agotado, incorporado a los sujetos y las comunidades como productos de sociedades superiores, como objetos de deseo. El nivel de enajenación, de alienación, es mayúsculo. La felicidad es una mercancía más que se adquiere en dos días de cada siete (Rybczynski, 1992).

 Los juegos y actividades sociales comunitarias van decayendo, los seres humanos se van aislando en sus domicilios –cada vez más pequeños- para practicar el ocio en forma individual y no colectiva. Las propuestas, mayoritariamente son consumistas y los espectadores sólo sienten la alegría que les es demandada –p.e. las series que incluyen las risas de supuestos televidentes- y absorben valores de sociedades extrañas a ellos en forma pasiva. No hay participación activa ni protagónica. La democratización del ocio no parece un objetivo fácil de alcanzar.

 Recuperar las fiestas tradicionales, los juegos de antaño, las producciones culturales, las acciones intergeneracionales, es un reto de elevada dificultad. Pero es lo único que garantizará la identidad de los pueblos ( Pablo Waichman, 2005).

 

Foto Manuel

Manuel Cuenca Cabeza (Universidad de Deusto, España)

Los desafíos son muchos, pero, puesto que se me pide solo tres, destacaré los siguientes:

  1. Necesidad de adjetivos

Es prácticamente imposible ganar la batalla a los medios de comunicación y la sociedad de consumo. El ocio es, para ellos, solamente diversión, escape y ruptura del quehacer cotidiano. Por eso se necesitan adjetivos que califiquen, diferencien y precisen la existencia de otros ocios y recreaciones centradas en la satisfacción, el desarrollo humano y la generosidad. El ocio humanista o el ocio valioso, sobre el que reflexiono durante los últimos años, son intentos de deslindar ámbitos diferenciados en ese océano sin fin que es la palabra ocio en el siglo XXI. Me sorprende que cuando se reflexiona o se investiga sobre el ocio o la recreación da lo mismo utilizar un término u otro y no se precise sobre qué se está tratando. Considero que, para los profesionales del ocio, es un reto muy importante deslindar con adjetivos sus áreas de intervención y concienciar a la sociedad que no todo es lo mismo, que no todo vale, que no podemos vivir al margen del bien común.

  1. El ocio de la época tecnológica

La época tecnológica nos desafía a releer y recodificar todo lo que sabemos sobre el ocio. Las nuevas tecnologías, con sus pros y sus contras, han entrado en nuestra vida diaria y están aquí para permanecer. En mi mano izquierda tengo un cronómetro que me avisa cuando llevo una hora sin moverme, me anima a hacer el ejercicio físico mínimo, que necesito para mi salud, y me invita a pasear, algo que me gusta mucho. Por la noche me informa de los pasos y los kilómetros que recorro cada día. Estos días, cuando salgo a pasear, voy escuchando las sinfonías de Mahler, que quiero oír en directo en el auditorio de ciudad. Las entradas las he sacado por Internet. Mi teléfono móvil tiene varios programas que me permiten charlar, siempre que lo deseo y frente a frente, con mis amistades de Latinoamérica… Pienso en mis prácticas de ocio y me cuesta encontrar una que esté ajena a las nuevas tecnologías.

No necesito seguir poniendo ejemplos para decir que, aunque casi todas estas acciones las podía hacer en el pasado siglo XX, en ningún caso las podía haber hecho del mismo modo. Las tecnologías han llegado para quedarse y, desde el punto de vista del ocio valioso, nos retan para que sepamos utilizarlas constructivamente. El conocimiento y la formación son pilares del ocio valioso, promueven la satisfacción interior.El caudal interminable de la cultura se ha hecho accesible para una inmensa mayoría. Los profesionales del ocio necesitamos tomar conciencia del valor de las tecnologías para dar a conocer, difundir y formar en prácticas de ocio valioso. Esto requiere ser rigurosos en los conocimientos y saberes. Las aportaciones de la ciencia y de los expertos no valen lo mismo que la opinión de unos pocos o unos muchos.

  1. Envejecer satisfactoriamente

En un mundo en el que la vida se alarga y las personas mayores tienen tanta o mayor presencia social que las generaciones jóvenes, no podemos olvidar la función que le corresponde al ocio valioso sobre el envejecimiento satisfactorio. Me refiero a un modo de acción, prevención y proyección del envejecimiento saludable y activo en el que las motivaciones del ocio valioso tienen un papel fundamental. El envejecimiento satisfactorio se hace realidad cuando cada una de las personas jubiladas encuentra su sentido en proyectos que realizan sin una finalidad utilitaria, solo porque les dan satisfacción y les motivan. Proyectos con los que se puede seguir aportando a la sociedad el caudal humano que tenemos cada uno, que permiten mantener activas nuestras potencialidades. Para ello se requiere una formación mínima que nos anime a seguir cultivando nuestras aficiones, a compartirlas, difundirlas y hacer de ellas un modo de aportación al desarrollo comunitario. Envejecer satisfactoriamente no es solo cuestión de personas mayores. La biología nos enseña que comenzamos a envejecer mucho antes. Desde entonces, debemos irnos iniciando,preparando, y ayudando a los demás, para que el envejecimiento satisfactorio que aquí se defiende se haga realidad.

El contenido del apartado Voces Expertas es obra y responsabilidad de las y los autores implicados. OTIUM y sus miembros no necesariamente asumen como propias las opiniones vertidas por las y los autores.

By |2017-04-05T02:10:32+00:00April 4th, 2017|Voces Expertas|0 Comments